Testimonio y reflexión de Hna. Maythe Horta

Una herencia inconsciente

(Idea fuerza en la ponencia de la asamblea extraordinaria de la Entidad Religiosa Carismas, el 4 de Julio, 2009)

 ¿Por qué al hombre le ha costado tanto entender el lenguaje divino y conducirse en pos de la verdad del Plan del Creador?

Si como humanidad hubiésemos seguido las ordenes de nuestro Creador y de su Hijo, JesúsCristo, gobernante y conductor de los mundos… ¿tendríamos por herencia una Tierra llena de litigios?, ¿seríamos los seres que somos gobernados por la parte oscura de nuestra alma -que instigada y conducida por las tinieblas- termina por condicionar nuestros modos de hacer y pensar, movidos por la ilusión de lo perecedero? Obviamente que no. 

La reflexión sobre las causas necesariamente debe llevarnos a la historia. En palabras simples ¿Cuál fue el Plan Original del Padre?  Crear a su imagen y semejanza, diversas inteligencias, que siempre teniendo como referencia su imagen y semejanza fueron adquiriendo diferencias, estableciéndose la diversidad en su Creación. Y en este Plan de Creación, de donde todos somos parte, constituyéndonos como un eslabón de una gran cadena, se produjo una primera desviación, desde donde derivan todas las consecuencias de los mundos caídos…como el nuestro. Luzbell, quiso también crear a su modo y desobedeciendo al Padre, quiso tener su propia potestad creadora. Y esta desobediencia, que se traduce en la pérdida de la humildad de dejarse conducir por el Padre, en la pérdida de la inocencia de recibir sin cuestionar las indicaciones del Padre, en el fortalecimiento de su soberbia y poder, de querer descubrir como lo hacía el Padre para hacerlo a su modo, tuvo como efecto su expulsión del Reino de Dios.

La revelación del Plan de Salvación señala que los mundos de materia -como nuestra Tierra- fueron poblados por Lucifer y todas sus huestes, es decir por todas las creaciones que el Padre había hecho y que fueron convencidos por Lucifer, y lo siguieron como su Dios… En este nuevo escenario, ¿Cuál fue el Plan de Dios, (Plan de Salvación) al poner un Eden en esta Tierra? Que nuestros padres adámicos, seres puros e inocentes, iniciaran la expansión de la luz en este mundo y por consciencia y opción los rebeldes fueran retornando a su esencia original. Este maravilloso Plan, fue abortado por los propósitos de quien gobernaba esta Tierra, quien manda en este mundo, según propias palabras de JesusCristo.  Él indujo el fracaso de este Plan, resultando como efecto la Caida y la Transgresión  espiritual de nuestros Padres Adámicos; y en esta pérdida de la inocencia y de la dependencia espiritual del Creador, heredamos esta nefasta condición de hacer como Lucifer hizo, pensar como dioses, sin serlo. Esta condición es tremendamente aclaradora del comportamiento que el hombre ha tenido durante el desarrollo de la humanidad y permite explicar también, la errada forma como se ha relacionado desde siempre con Dios.

 Así, bajo esta condición heredada, nos creemos perfectos en nuestro pensar y sobreponemos nuestras ideas a toda otra condición o situación que verdaderamente emane de Dios, así, adquirimos la necesidad del poder, de señorear sobre otras criaturas (que muchas veces son nuestros pares), de que muchos otros dependan de nuestras necesidades y planes, y nunca nosotros depender en humildad de los planes que Dios ha dispuesto; así, en nuestra potencialidad de dioses hasta definimos que es lo que Dios Padre dispone, como piensa y como debe actuar y entramos en crisis cuando manifestaciones naturales arrasan con centenares de vidas, porque esta situación no encaja en lo que nosotros como hombres hemos predefinido para nuestro Dios creador… 

Y bajo esta condición heredada de pensar como dioses, hemos creido que somos omnipotentes y que podemos hacer absolutamente todo lo que se pueda imaginar, y hemos horadado la Tierra que inicialmente fue preparada para nuestro desarrollo y evolución espiritual, haciendo un ecosistema adverso y nocivo, alterando la naturaleza de la creación y mal usando las capacidades y la inteligencia permitida, para la generación de seres por nuestra propia cuenta, que no constituyen ningún eslabón de la cadena creativa, porque no son creaciones de Dios, sino del hombre. Y así, transportamos la eternidad del espíritu que nos vive a la eternidad de la carne que tenemos y vamos por la vida creyendo que nunca se acabará nuestro tiempo carnal y no nos damos el tiempo para reflexionar sobre lo profundo de nuestra existencia, el plan a desarrollar en esta vida y la recuperación de nuestra condición espiritual. En esta herencia hemos transportado a nuestra condición humana, todas las características de un dios, y creemos saberlo todo -omniscientes-; nos sentimos con poder y con el legítimo derecho de ejercerlo, nos damos la condición de «justos» y juzgamos todo lo que nos rodea desde nuestra pequeñez e imparcialidad y nos mentimos creyendo que somos santos, porque nuestra moral se sustenta en valores humanos predefinidos por nuestra propia condición de creernos y sentirnos dioses, sin ni siquiera imaginar que hemos transgredido la primera esencia de la santidad «ser lo que Dios Padre ha dispuesto en nosotros».

Nuestra historia de Salvación está repleta de intentos salvadores, de perdón ilimitado de parte de nuestro Gobernante, para reconducirnos, para elevarnos, para entregarnos armas y retornar al origen desde una plataforma superior, de un peldaño más elevado en la escalera que nos lleva al Cielo. ¡Cuantos hemos verdaderamente reparado en la infinita paciencia de Cristo, de venir una y otra vez a instaurar el orden, para que en este sistema, los rebeldes y caídos retornemos a la luz! Pero bajo la comprensión de este legado, surge una reflexión aún más profunda, verdaderamente podríamos reparar en esta Misericordia que el Padre y el Cristo nos han tenido; pero en la condición heredada de pensar como dioses, no nos cabe en el pensamiento, y no vivimos en el sentimiento, que somos rebeldes y estamos caídos de nuestra condición original…

Debemos hacer Consciencia de esta herencia mal habida y verdaderamente situarnos en la parte de la historia de salvación en que estamos. Aceptamos que esta herencia proviene del evento que trasgredió el Plan Original de los Elohím, y conllevó al encarcelamiento de la Luz de Dios en el Hombre, y favoreció el avance de la oscuridad de las Tinieblas, pero hoy vivimos con la Gracia del Hecho Cristico en nosotros, y sabiendo que el Espíritu está activo y no más encarcelado, no tendríamos grandes dificultades para entrar en esta verdad y deponerla.

Debemos comprender que esta herencia -de pensar como dioses, sin serlo- es, existe porque es propia de las luchas que como seres espirituales hemos dado y hemos adquirido de nuestras derrotas frente al Creador… más esto no puede seguir en la insconsciencia, todo hombre debe tenerlo presente ante cada pensamiento, ante cada decisión, ante cada situación que sea guiada por su espíritu, y todo consagrado en Cristo tiene el deber de vencer esta herencia y transmutarla en la humildad de ser y aceptar lo que somos, hijos del Reino que debemos ser conducidos de la mano de Cristo hacia nuestro Padre Creador… como él lo diga y lo disponga.

Hna Maythe Horta

Bautizada, Sacerdote Menor

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