Cuerpo Sacerdotal de Presbíteros

Así nace nuestro Sacerdocio, con el Bautismo

POR AGUAS Y POR FUEGO

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SACERDOCIO

El término sacerdote, debido a nuestra tradición cultural y religiosa, se asocia a un individuo que sintiendo un llamado de Dios se prepara, se forma y  entrega,  a la conducción de un credo religioso. A este individuo se le reconoce o  asignan características especiales ya sea por el llamado o vocación hacia el servicio a Dios,  y por el ejercicio de sus funciones al tener la responsabilidad de guiar y llevar a otros por el camino de la religión, estableciéndose dos situaciones:
a) Se siente al sacerdote como alguien superior al creyente, lejano de alcanzar o imitar.
b) Se otorga a éste la responsabilidad absoluta en cuestiones doctrinarias, asumiendo sus exposiciones, su interpretación o explicación de las escrituras,  como verdad sin cuestionamiento.

Estas situaciones se fundamentan en la historia, especialmente del pueblo Hebreo, a través del cual se conoce la elección de un pueblo elegido, donde la divinidad elige y designa el sacerdocio que le servirá. Sin embargo, en la misma Biblia (historia del pueblo israelita) encontramos tres aspectos relacionados con el sacerdocio, que la mayoría de las personas desconocen:  un sacerdocio de servicio, un sacerdocio distinto en la línea de Melquisedec y una asignación de sacerdocio entregada a todos sin distinciones.

El sacerdocio de servicio fue el elegido por Dios para realizar su obra en la Tierra, era ejercido por los miembros de la tribu de Leví, con la familia de Aarón a la cabeza (Exodo 28, Numeros 25). Dios señala deberes y derechos a sus sacerdotes: les correspondía custodiar el arca de la alianza, ofrecer sacrificios, recordar a los israelitas la ley y demás beneficios divinos. Se les reconoce la autoridad en la comunicación con Dios y en la recepción de indicaciones y revelaciones (Deuteronomio 27:9-10, Malaquías 2: 7, Ezequiel 44,15-31). Los sacerdotes elegidos por Dios no siempre fueron fieles a su misión y por ello se anuncia un nuevo sacerdocio, o nuevo pacto, sellado con la venida del Cristo, y que él deja como símbolo a través de la consagración del pan y del vino en memoria suya (Jeremías 2:8, Nehemías 13: 23-27, Oseas 4: 4-11, Salmo 110:4, Carta a los Hebreos 5: 1-10, Lucas 22: 19-20)

El Sacerdocio en la línea de Melquisedec, es casi desconocido por la gente, la razón es que la línea sagrada de Melquisedec estuvo oculta durante 19 siglos, situación que fue avisada por Cristo y que también fue revelada al profeta Daniel. Melquisedec aparece por primera vez al patriarca Abrahám (Génesis 14:17-20) y es Pablo, quien hace completa claridad de este sacerdocio (Hebreos Capítulo 7:1-28), señalando que el sacerdocio de servicio, (levítico) no fue capaz de llevar al pueblo la religión perfecta, lo cual explica la existencia de otro sacerdocio, bajo la línea de Melquisedec.

Después de Cristo el ejercicio sacerdotal debía haber sido bajo la línea de Melquisedec, sin embargo esta línea queda resguardada, porque así como el primer sacerdocio, bajo la tribu de Leví, transgredió y se apartó de los mandamientos, también la institución de la comunidad de consagrados legada por Cristo degeneraría y se apartaría de la esencia divina, creando dogmas y leyes humanas bajo las cuales regirse.

El sacerdocio de Melquisedec, es un sacerdocio eterno y celestial, fue restaurado en la Tierra, en 1830, bajo aquello que se conoce como la ‘Dispensación de Restauración’.

Sacerdocio para todos
En el antiguo testamento hay indicios y promesas de considerar un sacerdocio entregado a todos como pueblo escogido de Dios (Exodo 19: 4 – 6) En el Nuevo Testamento, esta condición es confirmada (1 Pedro 2: 3-6, 1 Pedro 2: 9, Apocalipsis 1: 5 – 6, Apocalipsis 5: 8 – 10).

Comprendiendo que con Cristo todos somos Salvos, estamos bajo régimen de Gracia,  y su venida establece la potestad a todo individuo para ser sacerdote por medio del bautismo, de consagrarse a él, para obtener sus promesas de inmortalidad y vida eterna. Lo revelado por Pedro, y por Juan en Apocalipsis, deja claro que el sacerdocio no es un privilegio de unos pocos, sino una condición y una bendición entregada por el nuevo pacto que estableció el Hecho de Cristo, lo que nos hace responsables de guiar nuestras vidas bajo el modelo que Cristo dejó.

JESÚS vino una vez, hace dos mil años y encomendó a sus apóstoles difundir la buena nueva, el nuevo pacto;  la misión se tergiversó, se confundió, se entenebreció. Hubo anuncios sobre tiempos oscuros y se preservó la esencia espiritual para ser restaurada previo al final de los tiempos. Encontrándonos en Vísperas de la Segunda Venida (la cual ya no será el Jesús hecho varón, sino que se preentará el Cristo Dios en su plena Potestad Divina) los sacerdotes de hoy debemos dar a conocer la esencia verdadera de la primera venida, el Hecho Crístico, el camino hacia la vida eterna. Los Sacerdotes de Cristo tenemos la misma misión que los primeros apóstoles, llevando la Ley a todos los confines de la Tierra.

Por ello esta DISPENSACION DE PAZ forma sacerdotes de Cristo, cuya esencia es el servicio al Reino vivo, individuos entregados a Dios, hombres y mujeres, cuya entrega y devoción permiten su consolidación como seres consagrados capaces de enseñar la Ley de Consagración, explicar las «buenas nuevas», acercar a la gente al encuentro con Cristo, conocerlo, descubrir índole y dones entregados por Dios,  y caminar por el sendero de la santidad, para cumplir con la voluntad del Padre.

Sacerdocio Presbiteriano
EL SACERDOCIO QUE CRISTO NOS ENTREGA

EL SACERDOCIO ES: un Sacramento que ofrece Dios a los Hombres. Un camino sagrado que puede recorrer todo hombre y mujer que se bautiza. Una forma sagrada que proviene de Dios para relacionarse con el Hombre que posee la voluntad de servirle. Es un Don espiritual y no institucional. Es la muerte de lo egótico e individual para que reine en el Ser la Voluntad de Dios y lo Universal. Es acción del Reino entre los Hombres para Plan y Gloria de Dios.Es gradual de acuerdo a la conciencia del Consagrado y se inicia con el servicio a los demás.Nace con el Espíritu y es un Poder Eterno concedido por Dios Creador.

EL SACERDOCIO: se despierta con la Fe y bajo las claves entregadas por JesúsCristo en persona, cuan Sumo Sacerdote Celestial.

EL SACERDOCIO ES: servir al Reino. Es estar en el mundo sin ser del mundo… a través de las herramientas que Cristo nos entrega: la oración, meditación, aquietamiento, contemplación, potenciando el Espíritu… colocando luz al Alma;  se manifiesta en el Espíritu de Servicio ya que Sacerdocio es Servicio al Reino entregando a otros, sembrando en aquellos Hombres que buscan a Dios,  y que la Fe los llama a buscar algo más que la Iglesia.

EL SACERDOCIO: se construye en la entrega, en el servicio con amor entregando la palabra que nace del Espíritu a través de la Oración con otros, que es inspirado por la Sabiduría del Espíritu. Somos el Templo  donde se manifiesta Cristo y el Gobierno del Espíritu Santo.

EL SACERDOCIO: No es un poder mundano, al contrario:  es Amor al Reino a través de la Fe; es vivir de acuerdo a la Voluntad de Padre.

EL SACERDOCIO es el único Sello reconocido en el Reino,  por el cual se alcanza la santidad en la Tierra y la deidad en los Cielos.

SOMOS SACERDOTES DE CRISTO EN EL PRESBITERIO, MANDADOS A SERVIR Y SER FIELES A NUESTROS AMADO SEÑOR JESUSCRISTO EN EL SERVICIO A OTROS.

 
oracion

LA ORACIÓN

EL SACERDOCIO PRESBITERIANO DE CRISTO es una labor de servicio a otros,  que el Reino ejecuta a través de nuestro Sello. A este Sacerdocio se le ha entregado un poder: La Oración.

Todo ser que busque un camino espiritual y quiera llegar a Dios, debe saber que el modo más directo y más poderoso de hacerlo es a través de la Oración.

Cristo nos invita a tocar su puerta insistentemente, porque la invocación repetitiva va subiendo de calidad y va poniéndose en armonía con lo que Dios quiere de nosotros.

La petición perseverante deja de ser egoísta y se vuelve alabanza, fe, Gracia.

• La oración nos transforma poco a poco y va destronando la soberbia.
• La oración nos eleva y acerca a Dios, y El nos descubre su Misericordia.
• La oración nos hace entrar en los Misterios de Dios y encontrar su Presencia Viva.
• La oración nos ayuda a enfrentar las pruebas más difíciles.
• La oración revitaliza la Fe.
• La oración nos desvincula del mundo material y nos descubre ante aquello que realmente  somos.
• Por medio de la oración reconocemos a Dios y a nuestra divinidad.
• La oración nos protege para no extraviarnos.
• La oración nos muestra el camino cuando nos hemos perdido.
• Por oración recibimos el Amor de JesúsCristo.
• Por medio de la oración se oye lo que quiere Cristo.
• Por oración inclina Dios su oído.
• Por medio de la oración Cristo escucha nuestro interior.
• Cuando oramos la Gracia de Cristo nos rodea.
• La oración es el medio para confesar a Cristo nuestras faltas.
• Por oración somos absueltos.
• Oración es no esconder la culpa.
• Oración es confesar las faltas. Dios perdona a través de la oración.
• En la oración los Ojos de Cristo están mirando.
• La oración crea nuevas condiciones interiores.
• La oración la inspira Cristo desde adentro y quien reflexiona en este misterio obtiene Sabiduría.
• La oración es un alimento para el Espíritu, de este modo se nutre, se fortalece y crece.
• Si no oramos el Espíritu se debilita.
• La oración es una fuente inagotable, es una herramienta que no debe abandonarse nunca.
• La oración es un alimento espiritual indispensable para es Espíritu.
• La oración mantiene vivo el Espíritu, es el Pan Espiritual, es Nutrición Espiritual.
• La oración abre la percepción de sí mismo y cierra la puerta a lo tenebroso.
• La oración aleja el mal, pero no lo elimina, éste siempre vuelve por eso dependemos de la oración.
• La oración es un diálogo con Dios que tiene un misterio, abre la receptividad del Espíritu Santo.
• Por la oración se recibe claridad del Espíritu Santo.
• Por la oración recibimos la visión cercana a la voluntad de Dios.
• La oración Permite discernir la realidad.
• Por oración se toma conciencia y provoca la toma de conciencia en otros.
• La oración nos pone en presencia de Dios.
• La oración aleja los deseos de los sentidos.
• La oración tiene un poder de transformación, de cambio.
• La oración silencia la mente y los deseos.
• Por la oración se obtiene paz, consuelo, discernimiento, con ella nos mantenemos firmes, nos defendemos.
• La oración nos recompensa.
• La oración nos fortalece para luchar.
• La oración nos permite triunfar.
• La oración nos entrega repuestas porque explora la conciencia.

Busquemos a Cristo en oración y nos dará respuesta y nos liberará de temores y de angustias. Dios escucha atentamente nuestros clamores. No cesemos de Orar.

Por la Palabra, es decir por el Verbo, surgieron los Cielos. Dios crea por su Palabra y lo hace por nosotros. Cristo habló y todo fue creado. Lo ordenó y las cosas existieron.
Cristo dice: «El que guarda mis palabras no morirá jamás».

Todos los Hombres tienen que definirse respecto de Cristo, comencemos a hacerlo desde algo tan simple pero maravilloso: La Oración, Palabra que Crea.

Sacerdocio Presbiteriano

 

 

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Oración del Cuerpo

«Alabado sea el Señor Dios Nuestro, Padre de la Creación;
Alabado sea el Cristo Vivo, el Verbo, el Dador de la Vida;
Alabada sea la Madre Sabiduría, Reina y contenedora del Reino de los espíritus, que todo lo sabe y escruta, el Espíritu Santo;

Ante ti amado Señor JesúsCristo nos presentamos tu Cuerpo de Presbíteros, para alabarte por siempre, para darte gracias por tu gran Amor y paciencia para con nosotros.

Te reconocemos como nuestra Cabeza y Guía, Tú das y quitas según tu parecer, Tú todo lo puedes. Nadie llega al Padre sino es por medio de Ti, porque Tú, Señor Grande y Eterno, viniste a este Mundo para redimirnos, venciste a la muerte para elevarnos a los Cielos, clausuraste el Abismo cuan Ley y cerraste los infiernos.

Porque Tú eres el Dios Vivo, el Verbo, que se hizo Hombre y venció y enseñó a los suyos a vencer en este mundo, para no sufrir la muerte sino para pasar por ella. Porque Tú nos amas demasiado, nada hicimos para merecer tal Gracia.

Pero Tú Hoy nos quieres a tu lado nuevamente cuan guerreros de Tu Reino, para preparar tu Segunda Venida, porque vendrás nuevamente cuan Dios, ya no como Dios encarnado en Hombre, sino como Dios; y siendo Dios tomas la forma que quieres, y es por eso que tenemos que esmerarnos por conocer tu presencia, tus formas, tus modos y tener una relación personal contigo, Cristo Vivo, para no ser confundidos por los que se dirán profetas y maestros incluso se nombraran cuan cristo y no lo serán.

Y aquí estamos tus Templarios para preparar tu Camino, para ir donde el necesitado y declarar esta verdad que nos vive: Vendrás por Segunda vez cuan Dios, Tú eres Ley de Resurrección; de tu Mano llegamos al Padre y por medio del Espíritu Santo vivimos la Sabiduría.

Y tenemos Dones que Tú depositas en nosotros, por eso Amado Cristo te pedimos en esta hora la Humildad y Amor para depositar en otros tu Semilla, para no enjuiciar, porque Tú eres el Único Juez Supremo.

Nosotros somos tus servidores y vamos donde tu vas, Eres Nuestra Lámpara que nos guía y muestras a aquellos que claman por ti. Señor, no permitas que el ego se apodere de nosotros, líbranos de la tentación, extirpada de nuestra Alma toda intención, vacíanos de aquello que esta demás, y llénanos de tu Luz, ¡Oh, Santo Señor!

Templarios de tu Reino somos y queremos vivir en la rectitud, pedimos que la Madre Sabiduría guié nuestros pasos nos enseñe y de revelación de los Misterios de tu Reino.

Te damos gracias Señor por que has depositado en nosotros la Llave que permite abrir la puerta de tu Casa por medio de la Oración para que todo aquel que quiera conocerte y vivirte o esté en desazón entre. Nosotros los presentamos ante ti para que Tú los recibas y transformes, nada más hacemos por que Tú haces tu Voluntad en los tuyos.

¡OH! Señor permite que cada uno de nosotros viva tu amor y podamos darlo a los mas necesitados, aceptando la diversidad.

Somos tu Cuerpo de Presbíteros, unidos en tu Cuerpo y Espíritu, no somos independientes, amamos la dependencia en Ti, por que Tú nos construyes.

Señor gracias te damos por los Dones que has puesto en cada uno de nosotros, sabemos que solamente se potencian en el Cuerpo, somos un Todo unido a Ti… por separados nos perdemos… tomamos conciencia que la unión hace la fuerza y que Tú siempre vas delante de nosotros alumbrando nuestro andar.

Comprometidos estamos en tu causa, preparar tu Segunda Venida para Instaurar el Milenio de Paz.

Comprometidos para ayudar a todo hermano que necesite claridad, por que en nosotros activo está el Don mas grande que un ser puede alcanzar: EL DON DEL ESPIRITU SANTO; este Don que todo lo abarca y es tan misterioso para el hombre común, pero en nosotros es una realidad tangible que nos vive. Gracias te damos por depositarlo en nosotros, tus hijos consagrados; a través de este Don la Palabra es verdadera, por que lo decimos proviene de este Don y damos testimonio de ello. No necesitamos satisfacer el intelecto, nos vaciamos de todo conocimiento humano para que el Don nos viva y exprese la verdad, esa verdad que es clara y sencilla y que vive en cada Hijo que te Pertenece.

Señor, somos tuyos y parte de ti, y tus prioridades son las nuestras; dejamos el mundo y sus afanes para estar a tu lado, gobiérnanos cada instante de nuestra vida para no perdernos más.

Tú eres Nuestro Señor y prisioneros tuyos somos, por que en Ti está la Verdadera Vida, donde estas Tú, estamos nosotros.

Alabado sea por siempre Señor.
Amén.

Si necesitan de la luz que Cristo nos a entregado para sembrar cuan semilla en cada uno de los hombres contáctenos a: sacerdociodecristo@gmail.com y visite nuestra pagina www.leydejesuscristo.com

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