Cuerpo de Consagrados-as Bajo Sacramento del Aconcagua

Dispensación de Paz.
Tercera Dispensación que prepara el Milenio de Paz
Cuerpo de Consagradas Bajo Sacramento del Aconcagua

 

Quienes iniciamos este Camino Espiritual lo hicimos a través de una Opción conciente por el Cristo Vivo. Recibimos el Primer Sacramento: el «Sello Bautismal», por «Agua y por Fuego» bajo la Bendición de nuestro Sumo Sacerdote Celestial, Nuestro Señor JesúsCristo. Este Sacramento Sella nuestra «Pertenencia» a la Casa de JesúsCristo.

Luego de un tiempo de caminar por el Bautismo JesúsCristo nos Selló bajó los Sacramentos:

1. Sacramento del Pan y del Vino, es un Sacramento de Purificación y Transformación

2. Sacramento del Diezmo, es un Sacramento de Liberación para ‘estar en el mundo pero ya no ser del mundo’

Dos Sellos en Uno. Dos Sacramentos en Uno, cuan Nupcias Sagradas.

Sacramentos que nos permiten «Elevar nuestra Conciencia». Sacramentos que transforman nuestro Ser. Sacramentos que Purifican nuestra Alma: lo oscuro, que yace en ella, y que viven en cada uno de nosotros.

Estos Sacramentos son Poderes y Acción directa de Dios sobre sus Consagrados; son verdaderos Poderes que generan transformaciones en todo nuestro mundo interno (psiquis, emociones, sentimientos) y en lo externo (en la relación con el mundo y sus engranajes)

Un Sacramento es: lo Sagrado, lo Puro, lo Santo, lo Sacro… que Cristo entrega a los suyos.

El estar Bajo Sacramentos es un nuevo Orden, en cuanto a vivencia, transformación, conciencia, obediencia y entrega. Es un camino ascendente que se inicia con el Bautismo cuan puerta de entrada para llegar a la meta que es: «HACER LA VOLUNTAD DE DIOS PADRE», esta se llama «Sello de Pertenencia».

Somos parte de un Cuerpo: Cristo desde siempre se ha manifestado en los «Cuerpos de Consagrados»; es en esta instancia donde Cristo ejerce su  intervención directa.

El Sacramento del Pan y Vino se denomina «Sacramento de Transformación», porque es la acción del Cristo Vivo en nosotros. Recibimos a Cristo y nos fundimos con Él, con su Cuerpo Sagrado. Así Cristo nos prepara con su Cuerpo Celestial, y su Sangre (Agua Viva) es la clave para la Resurrección.  Recibimos su Sangre, que es «Agua Viva», pura, celestial, que va limpiando nuestra sangre oscura, allí donde se encuentra todo lo oscuro que vive en nosotros. En su infinito Amor y su Magna Misericordia, nuestro Amadísimo Señor JesúsCristo, nos entrega su Sangre, Agua Viva, para que nuestra Alma sea Purificada, Elevada y Salva.

Estos Sacramentos llevan intrínsicamente un Poder Transformador. Nos van preparando para la Nueva Vida. Nos van preparando para La Resurrección, y desde la Resurrección ya no seremos personas carnales, sino que Personas Espirituales, viviendo las Nupcias de nuestra Alma con nuestro Espíritu. Los Sacramentos nos preparan para el «Gran día del Salto», para el día del encuentro con Nuestro Padre, de la Mano de Nuestro Señor JesúsCristo.

El Sacramento de Transformación del Pan y del Vino es el cambio, la mutación desde adentro hacia afuera, desde lo interno a lo externo, que va instaurando al Ser Espiritual por sobre el Ser Carnal.

El Sacramento del Diezmo es la Liberación que viene de lo externo(Mundo ydependencias) y entra a mi mundo interno para ya no pertenecer a la materia sino a la Vida real en Dios.

Al recibir El Pan- Cuerpo-  estoy recibiendo a Cristo en Persona; es Cristo quien entra en mí; su Cuerpo Espiritual entra en mi cuerpo carnal para que este cuerpo perecible sea transformado en Cuerpo Espiritual incorruptible.

Solo viviendo a Cristo en nosotros podemos ser Transformados, Elevados, Purificados y divinizados .

El Pan entonces es la representación del Cuerpo de Cristo, es Célula Crística entrando en mi cuerpo pata transformarlo.

El Vino: es la Sangre de Cristo, es Agua Viva que Purifica la sangre oscura, el Alma enturbiada;  purifica todo aquello que no nos hace dignos de alcanzar la Voluntad del Padre. Va purificando el Alma Cainita que hemos heredado de este Mundo, para que nuestra Alma sea sólo Luz.

El Sacramento del Diezmo: libera de lo externo, redimensiona la relación con el trabajo, nos entrega herramientas para administrar nuestro sustento, nos da sabiduría en nuestras relaciones, no nos condiciona ante los haberes, nos introduce en la mayordomía con respecto a nuestros hijos.

Solo renunciando al 10 por ciento de aquello que considero ‘propio’, seré Bendecido en el 90 por ciento de cuanto  quede en mis manos. Esto es «LEY». Quien se halla  bajo Sacramentos entra bajo esta Ley,  que es desde siempre, como parte de la Creación. Es Ley Eterna.

Los Sacramentos se realizan bajo recogimiento, oración y meditación. Sumimos nuestra persona en la Persona de Cristo, nos hacemos Uno con ÉL. Nos retiramos del mundo colocando todo nuestro ser: cuerpo, mente, Alma y Espíritu, dispuestos a ser Transformados de acuerdo a la Índole que el Padre ha colocado en nosotros y que alcanzamos por la Divinidad de nuestro Amadísimo Salvador JesúsCristo. Así Cristo va elevando nuestra conciencia. Así Cristo nos va Purificando. Así Cristo nos va Transformando. Así vamos dejando poco a poco este cuerpo carnal para pasar por el velo de la muerte y recibir un nuevo cuerpo, el «Cuerpo Espiritual» que Dios ha dispuesto a cada uno de sus Hijos según nuestra Índole que vive en nuestros Espíritus, en espera de que esa Índole sea puesta en acción y viva en toda su potencia. Todo bajo los Dones y Poderes del Espíritu Santo.

Quienes hacemos parte del Cuerpo de Consagradas Bajo Sacramentos, recibimos el Sello del Don del Espíritu Santo. Este Don  nos permite vivir y vivenciar los Misterios de Dios.

La Madre Sabiduría, quien es Matriz y Cuna de todo Espíritu de la Creación, nos enseña, nos forma, nos educa, nos revela y nos devela los Misterios Sagrados.

Los Consagrados bajo Sacramentos nos encontramos en la ante sala para entrar al Sacerdocio Presbiteriano, que es el Sacerdocio de Servicio. Somos sus Agentes, Guerreros Espirituales del Cristo Vivo, Consagrados entregados al Cristo Victorioso para que sea ÉL quien nos transforme: mente, cuerpo, Alma,  y seamos Dignos de ser llamadas Hijos y Hijas de Dios, Discípulos y Adeptas del Cristo,seguidores obedientes de sus enseñanzas… quienes damos Testimonio del Cristo Victorioso y Libertador, del Cristo quien venció a la muerte y abrió los Cielos y nos entrego una nueva Ley de Vida: la LEY DE RESURRECCION, cuan Camino que nos lleva a la Vida Eterna.

Damos Testimonio de lo que Cristo ha hecho en cada uno de nosotros y nosotras: somos testimonio vivo del Cristo Vivo.

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Orden natural o como habla Dios

Cada día el Espíritu está más atento, y es así como me enseña La Sabiduría que debemos recibir y estar en lo macro; y como señales, los hechos van conformando claridades y verdades que sólo Dios nos puede entregar frente al tiempo de tribulación que vivimos.

No quiero quedarme o sumarme a la ignorancia del común de las personas diciendo: ‘ pobre gente’  o preguntando: ‘¿dónde esta Dios?’. Muchos se horrorizan frente a la televisión por la muerte de gente que vemos cómo son llevadas por los cauces de ríos y países que literalmente están bajo el agua.

Ante la pregunta  a los Angeles de Paz de La Sabiduría frente a la causa de estos acontecimientos de tsunamis, terremotos, tifones en Filipinas, Sumatra, Indonesia, (y ojo, por bastante tiempo)  La Sabiduría dice: 
‘Agua arriba, agua abajo’(es literal) y el tema que desarrolla  es el despilfarro, el desorden, la negligencia.  Ante esto existe un orden natural… la naturaleza hace lo suyo con su presencia, va colocando todo en su lugar frente al caos y el desorden del Hombre.
 
Lo macro, señala La Sabiduría, tiene un orden, tiene límites de vida (nacimiento y muerte); TODO tiene su orden natural y requiere por lo mismo de equilibrios que son esenciales; existen límites en la materia, límites en el ser y fronteras de la materia (somos carne en este mundo), por lo tanto, yo consagrada que observo esto, debo vivir y hacer claridad a otros sobre el hecho que la permanencia en este mundo no es eterna, y que el maligno se encarga de pintar esta vida como eterna; lo que logramos poniendo nuestra energía hasta niveles extremos para – supuestamente- desarrollar y desarrollarnosy apegarnos a algo que no existe en realidad (la eternidad de la materia) es que quebramos todo límite en nuestra propia naturaleza y sobre pasamos la  esencia que poseemos. El efecto entonces es desorden y caos.

Ante esto  nosotros, consagrados en Cristo, que somos portadores de Nueva Vida y del Nuevo Orden que viene de lo macro, tenemos la gran responsabilidad de  llevar esa Ley de Vida a muchos,  para que también ellos abran su ser y su esencia verdadera,  y tomen conciencia de la gran diferencia entre la VERDAD (que es Dios) y la mentira (el Mundo) pues la vida verdadera es el Espíritu viviendo su propia naturaleza en el Hombre. Aquí y ahorase haya abierta esta Ley para comprender que en estos hechos de la naturaleza  que hoy podemos ver y constatar está la Justicia de Dios con su poder y sabiduría enseñándonos lo verdadero y lo iluso de la materia.
 
Me preguntaba:  ‘¿me detengo, yo consagrada, ante los eventos para no perderme en lo iluso de lo que creo o siento en mi subjetivo, o seguir viendo todo cuanto acontece como un espectador más, siendo testigo de cómo todo lo iluso se cae y se desborda ante mi mirada? ¿O bien me decido a comprender las mil formas en que Dios  habla, y me llamó a la Nueva Vida? Porque a quienes  tenemos Nueva Vida nos ha llamado a AMARLA CON TODO EL SER PARA SER VERDADEROS PORTADORES DE ESTA NUEVA BUENA,  PARA DISEMINAR SU SEMILLA DE LUZ Y VERDAD.

Hermana Jacqueline Gallardo
Consagrada bajo sacramento
16 de octubre de 2009

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