La Biblia y el sectarismo…

La Biblia y el sectarismo de los pequeños dioses

A raíz del artículo ‘La Sabiduría no tiene nación’, incluido en nuestra revista ‘El Gran Fundamento’ n°2, en especial en su parte en donde se hace aclaración con respecto a la relación del Libro de Sabiduría, I Ching, y el cristianismo, y haciendo referencia al contenido de otro artículo: ‘el Sacerdocio de nuestros Ancestros’ (G-F. n°1)  el director de este medio ha sido interpelado sobre una supuesta confusión y ambigüedad en nuestros planteos, acusándonos de estar mezclando religiones que no se corresponden, y negando La Biblia como ‘única palabra de Dios’. Hubo incluso un epíteto preciso para el Libro de los Cambios: ‘ése libro es del demonio’.

Al consultar sobre el real conocimiento que los agudos retadores  tenían del libro en cuestión, la respuesta divagó desde ‘nada’ a ‘algo he escuchado’. Pero la solvencia del juicio de quienes curiosamente encolerizan ante lo nuestro se halla sustentada en una seguridad que merece ser tratada en detalle, es decir: ‘Cristo nos lo dijo’. Declarado esto, todo saber cierto de aquello que se enjuicia pasa a no tener importancia.

El primer ordenamiento que nosotros siempre colocamos sobre la mesa es aquel de la denominación religiosa. No somos cristianos institucionales, eclesiástico, ni consideramos viable la intermediación de otros Hombres para entablar una real relación con un Dios Vivo que está actuante y vigente en y por CristoJesús; no creemos en el pastoreo humano de unos intelectuales iluminados  cuya base es el conocimiento  formal; y menos fomentamos el ovejismo de la masa de creyentes,  sin compromiso y sin responsabilidad para con sí mismos.  En cambio, sí trabajamos para que todo aquel que cree (Fe) enriele Su Relación Personal con el Dios de los Hombres y de los Ángeles: el Cristo Vivo, con el gran fin de alcanzar la Voluntad del Padre. No somos una religión, sí somos religiosos en la aplicación de nuestra Fe, pero toda religión es en esencia un partido de ideas y cuna de grandes luchas de poder que siempre derivan en política, y relación de interés con el nefasto sistema Cainita de este Mundo.

Aclarado esto, obviamente debemos agregar: rechazamos toda orgánica sectaria, grande, pequeña, tradicional o de ‘nueva era’… todo tipo de secta que conlleve al fanatismo, al encierro de la libertad humana y obligue al Hombre al sometimiento de líderes y gurú. Creemos y practicamos la responsabilidad personal en la Consagración, la coherencia íntima en la aplicación de la Fe, y la conversión completa  de la vida humana hacia los objetivos que Cristo guía: hacia la Voluntad del Padre Dios. Concebimos la organicidad comunitaria como un medio, no un fin, y todo en virtud de objetivos espirituales, exento de cualquier vestigio que rebaje la calidad sagrada de este Camino de Consagración.

Ahora, a modo de testimonio: nunca quisimos, pretendimos o tuvimos la intención de culminar en este Camino; éramos personas de distintas creencias y prácticas, muchas ni siquiera nos hallábamos cerca del cristianismo. Para una gran mayoría de nosotros lo único que nos unía era la práctica del I Ching. En este contexto carente de pretensiones, la imagen de una Montaña, en donde se abriría una salida para nuestra ‘búsqueda’, descendió en sueños, visiones y por medio del I Ching sin que voluntad humana lo dispusiera. Llegamos en completa inocencia al lugar señalado, después de una indagación de tres años, y en dicho sitio, sin intencionalidad alguna de parte nuestra, se nos presentó JesúsCristo, y habló. Y hubo manifestaciones tangibles en los cielos y ante nosotros por nueve semanas. El día 21 de Diciembre de 1991, a las 21 hrs. hubo un estallido de luz en el cielo y la Voz de Dios anunció su Plan y su Llamado. En Octubre del 1996 el Padre Selló este Llamado con grandes portentos en la señalada Montaña. Esa es la realidad. Esos son los hechos. Esa es la verdad. No nosotros elegimos esta siembra: Dios nos tomó para su Plan.

Nuestra primera actitud fue de confusión, de incredulidad a momentos, y de negación también. La carencia absoluta de intención, la completa inocencia nuestra, y los eventos que se sucedían a diario sin que hubiese de nuestra parte algún control, conocimiento o voluntad,  nos hacía obedecer, pero luego nos asaltaba la duda y el temor. Lo único ‘razonable’ que nos daba respuestas, y nos afirmaba lo extraordinario que nos estaba sucediendo…era el I Ching.

Por medio de La Biblia, no de su estudio, sino que por señalizaciones sobre pasajes y palabras que  la Presencia del Cristo Vivo nos remarcaba, venía hasta nuestro ‘saber’ cosas de Dios que nunca antes supimos. Sin duda que La Biblia contiene Palabra de Dios, nunca hemos dudado de eso. Y en el Evangelio, sobre todo de Juan, hemos sido construidos, educados y alzados cuan Sacerdotes y Consagrados.

Siete años nos costó entender las formas exactas de Dios para la tarea encomendada. Y aún si no nos sentíamos preparados, el Reino ordenó abrir este Camino a otros: el 1 de Noviembre de 1997 iniciamos nuestra labor pública. En todo ése período inicial y en los primeros pasos tuvimos la Presencia Viva, Tangible y Palpable del Cristo Vivo, cuya Voz incluso fue grabada en dos ocasiones. Siendo inexpertos en cuestiones de obra religiosa…cometimos no pocos errores. Por lógica cultural tendíamos a entender lo de Dios en forma humana y no espiritual, y convertíamos todo ordenamiento en una pequeña iglesia. Y el I Ching fue nuestro apoyo en la comprensión de los yerros y sus correcciones. Pero la base de nuestro sustento Doctrinario nos fue dictado y revelado por Cristo bajo los dictámenes y párrafos de ‘La Ley de JesusCristo’. Y es el Reino quién nos ordenó ante las diversas herramientas dispuestas para esta Dispensación de Dios: el Evangelio de Juan, y el libro Apocalipsis son la base del Hecho de Cristo; el Libro de los Profetas nos fue mostrado separando a los siete grandes profetas de la antigua Israel (del Antiguo Testamento), y a este conjunto de escrituras ligadas a La Biblia se nos ha agregado, cuan enseñanza fundamental, las Cartas de Pablo. Este conglomerado bíblico fue llamado por CristoJesús: ‘Mi Evangelio Sempiterno’.  Luego, se nos ha entregado una vital revelación que no solamente contiene verdades que confirman este Evangelio, sino que además nos muestran la evolución en el Plan de Dios. Dicha Revelación es una escritura crística del siglo 19.

Los Libros de Sabiduría cumplen un rol ordenador en nuestra labor: el I Ching es uno de éstos, y no es el único. Pero poseyendo nosotros el Sello del Sacerdocio que CristoJesús nos impuso con su Sello de Fuego, podemos introducirnos en lo más alto y puro de ésta- y otras-  antigua escritura, con el Espíritu de Sabiduría, el cual es Poder del Espíritu Santo. Por lo mismo: no es el I Ching nuestro ‘libro de cabecera’, siendo sí un eslabón muy amado en y para nuestra formación y andar de Consagración. Y no usamos éste libro, como ningún otro, incluso La Biblia, de manera formal, intelectual o ligera…sino que por Don de Espíritu Santo y Clave sacerdotal;  en modo que para nuestra práctica el punto no trata de… qué libro es de Dios o no lo es por cultura, tradición o religión…  sino que  aquí la cuestión se pone en términos de qué Instrumento, herramienta, testimonio o escritura posee la Venia de Dios para ser escrutada cuan guía; y lo fundamental: si quién consulta la escritura tiene o no el Sello del Espíritu Santo,  que solamente entrega el Sacerdocio del Altísimo. Vital agregar: un Sacerdocio que no puede sino ser sellado por Cristo para los objetivos del Plan de Dios, y al cual todos tenemos derecho por el Bautismo.

Esta diatriba es antigua: a JesúsCristo imputaban sus detractores el supuesto uso de magia en sus actos milagrosos, y desde el púlpito de la religión oficial declaraban abiertamente que Nuestro Dios Encarnado actuaba bajo venia del demonio. La respuesta fue clara y es vigente hoy: ningún reino se divide a sí mismo, y es blasfemia acusar de magia y artes oscuras a un poder que se ejerce en nombre del Espíritu Santo, no por palabra, sino por Mandato. Pues bien: este Sacerdocio ejerce su poder y autoridad por Sello del Espíritu Santo, no por palabra, sino por Mandato, y quién acusara, desde su púlpito, a esta Consagración de usar o poseer un ‘libro del demonio’ está blasfemando en contra del Espíritu Santo, pues por Su Sello tenemos los Oráculos y los Métodos para escrutar los Misterios, y nada inventamos…porque nada queremos para nosotros, ni pretendemos reconocimiento del mundo ni aprobación de las iglesias de este mundo. Al Reino de Dios Padre servimos.

 

Hay otra gran evidencia que no podemos pasar por alto: el cristianismo religioso, eclesiástico,  nos fue inculcado desde Europa, y de los Estados Unidos (sobre todo en los últimos tiempos).  Ese cristianismo es responsable de aberraciones históricas y pecados capitales de los cuales nunca se han hecho responsables. Y uno de los hechos que a nosotros sí nos incumbe es el aplastamiento de nuestros ancestros, en América, cuya creencia en un Dios Único se cifraba con y en  la Esperanza de la Segunda venida del Dios Blanco. Y hoy sabemos por vivencia, revelación y pruebas  concretas,  que los vestigios de las tribus de Israel sí culminaron en América, y aquí se conjugó con las oleadas asiáticas que ya habían constituido el Sacerdocio del Altísimo y poseían una fe y cultos similares a los antiguos israelitas. Nosotros nos hemos levantado, cuan Consagrados, tomando sobre nosotros la herencia de nuestros sacerdotes ancestrales. Y no hablamos de la shamanería que hoy se conoce, sino de lo más pulcro y sofisticado de las formas espirituales y sacerdotales que alzaron reinados gloriosos en tiempos remotos. Porque para romper con la prisión cultural que  nos ata a lo tradicional foráneo que niega y oculta realidades divinas extraordinarias…debemos abrir nuestras mentes, indagar con inteligencia, estudiar con Espíritu Santo y aceptar al Dios Vivo que no posee exclusividad en nación, partido, pueblo o bandera. Quién divide a Dios en potestades políticas de este mundo es el Gran Mentiroso. Pues bien, Dios también habló a los primeros Adanes en Asia, en India, en América…Y como bien dice Pablo: ‘sí hubo cristianos antes de Cristo’.

Pero Dios ‘eligió a Israel…’ (Nos dicen los prisioneros de sus esquemas intelectuales) Como enseña CristoJesús en el ‘hijo pródigo’, Dios ‘elige’ al rebelde para sanarlo de su obcecación, ‘elige’ al caído, y no al hijo cercano que ya se halla al lado de Su Padre. No elige Dios al santo, porque ya lo es, sino al pecador. Y en Israel tiene Dios una espina dolorosa: el pueblo adámico que se volvió en su contra y lucho con Él. Por lo mismo el Dios Verbo encarna entre su estirpe: para alzar esa rama caída. Y desde los Hechos de Salvación (Los Tres Días de la Victoria de Nuestro Dios Salvador) es el Hombre el ‘elegido’, y, con el decir de Pablo: todos en Cristo somos la nueva Israel espiritual. Por ende, siendo cristianos y seguir creyendo en que es Israel el ‘único pueblo elegido de Dios’ es negar a Cristo y la Salvación de Dios para todo Hombre, y es optar por la obsoleta ley antigua,  que la Nueva Ley de Cristo cambió y superó.

Entendemos que esta ‘mezcla’ desestructure la mente pequeña de los dioses terrenales, porque la costumbre de la ‘ley de Constantino’ que reza: ‘un libro, una fe y un Estado’…  subyace en la cultura religiosa de los cristianos actuales, y es ésa la base que los induce a ver y analizar la totalidad del entorno de acuerdo a su propia y exclusiva verdad, cuan pequeños dioses con poder de dirimir a Dios. Lo entendemos. No lo compartimos. Menos participamos en ese juego diabólico de poder… que tanto gusta a la apostasía de siempre.

‘Nos lo dijo Cristo’- argumentan-  O Cristo se desmiente a sí mismo, o el Cristo que ellos declaran es un susurro de la mentira y lo subjetivo de y en ellos mismos…o Quién conocemos tangible, en Persona, y cuya Voz nos guía y hemos visto con ojos humanos…es falsedad.

Consultado Cristo en Persona sobre esta situación, su respuesta fue: ‘Uds. den testimonio de aquello que han visto, oído, y vivido’ Y nosotros exponemos aquello que hemos visto, oído y vivido. No hablamos de aquello que ‘sentimos’; no nos basamos en lo que subjetivamente ‘creemos’; no nos guía la intuición, o la formación religiosa, o la certeza sectaria, o la voz de nuestra mente, o la histeria de nuestra necesidad y ego…nada de eso. Hablamos del Cristo que conocemos, aquel que nos tomó- literalmente- y nos indujo a la apertura de esta Dispensación. Con Él Hablamos. A Él seguimos. A Él conocemos. Y por sobre libros y métodos está la Relación Personal y Vívida con el Cristo que es PERSONA, y posee Voluntad y Voz. De eso nos hacemos responsable en nuestro Sacerdocio.  Por lo demás: cada uno es libre de sembrar su surco, ojalá nunca olvidando que muchos dirán que seguían a Cristo y  fueron expertos en  tal o cual libro, e hicieron buenas cosas…pero el Cristo que Juzga responderá: ‘Atrás hacedores de maldad, porque Quién no ponga por obra la Voluntad del Padre que está en Los Cielos, no entrará al Reino’. Y bueno, de eso se trata: nosotros no hacemos nuestra voluntad, ni la voluntad de un hombre, ni de un grupo humano…Hacemos la Voluntad de un Dios Vivo que nos Habla,  y que Da Testimonio de nuestro Sacerdocio. Y claro, siendo de Dios, no puede tener denominación alguna, ni ‘ismo’ que lo califique, ni libro que lo encarcele, ni dogma que lo amarre…Dios es Dios. Nosotros a Él Servimos en Libertad.

(A nombre del Sacerdocio bajo la ley de JesúsCristo)

El Director

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