Camino Espiritual. Camino Crístico.

 

‘Ya no basta con creer…es urgente Consagrarse’

 

La simbología de sabiduría que se nos muestra en la escena de los ‘caminantes de Emaús’, cuando al encontrarse con un varón no reconocen al Cristo Resurreccionado , y solo al repartir el pan y el pez se iluminan y bajo inducción espiritual ven y entienden a Cristo y su presencia divina… nos representa en nuestro andar por la vida, ensimismado por las cosas del mundo y envueltos por las sensaciones de los sentidos, simplemente no reconocemos los Caminos divinos que se nos presentan ante nuestros ojos sin que nosotros los veamos. Es importante ‘caminar con Cristo’ para que en un acto de Fe y de Espiritualidad, inducidos por el Magisterio del Espíritu Santo, lleguemos a ése Encuentro de iluminación y epifanía.

 

Como en este caso de los Caminantes de Emaús, y como en tantos hombres y mujeres de Fe en estos dos mil años, no hubo necesidad de un intermediario eclesiástico, ni de rituales confesionales ante otros hombres: sino que la Fe de unos y la Gracia de Dios permiten que toda barrera mundana, mental y temporal sean derribadas para fusionar la dimensión humana con su Origen divino.

 

Los Encuentros con Cristo, como en Magdalena, como en medio de la reunión de los apóstoles, como en este caso de los caminantes, no nos presentan al Cristo moribundo, sufriendo y torturado…por el contrario: se nos presenta un Cristo Vivo, victorioso, divino y revelador. Y si el Cristo Vivo se hace presente acompañado de promesas y sellos sagrados ¿por qué las iglesias posteriores han alzado al Jesús torturado y muerto como símbolo de supuesta salvación? La cultura de la muerte y de la cruz ha levantado un  universo de culpas, miedos, pecado y dependencia. Pero es cultura, no Fe. Y por esa cultura no se llega al Cristo Vivo, sino al martirio personal y al desprecio de Sí Mismo.

 

No es discutible si alguien asevera haber optado por Cristo en su Fe y en la práctica de esa Fe se haya producido un Encuentro con el Cristo Vivo. Y no es discutible porque es potestad de Cristo en su Gracia presentarse ante quién Él considere en su Autoridad. Lo único que los demás podemos medir son los efectos, las consecuencias, la siembra posterior. Por ejemplo, no podemos cuestionar si José Smith  sostuvo los Encuentros que declara o no los tuvo jamás… a nosotros nos queda analizar con misericordia el producto, los efectos,  que éste joven norteamericano sembró posterior a tales Encuentros. Y aquí surge un punto que debemos tener en consideración siempre, en todo caso, cuando tratamos asuntos en donde Dios se manifiesta ante un Hombre, ayer, hoy  o mañana: el Ser Humano aplicará un mandato, misión o mensaje divino según su capacidad e inteligencia, y habrá una fuerte influencia, en la conclusión y ejecución, de la cultura y del momento social en el cual el sujeto se desenvuelve… Juana de Arco- por ejemplo-  entendió que debía guiar a los franceses en contra de los Ingleses en una despiadada guerra, para salvar a ‘su delfín, que ella entendió era el mermado rey franco; sin embargo los actos de esta joven fueron una mala interpretación suya de algo que Cristo emitió cuan divinidad, y no como varón ocupado de los reinados del mundo. José Smith – por su parte-  aplicó el mandato de alzar la Nueva Jerusalén (la Sión santa) de acuerdo a una circunstancia precisa: la expansión del territorio de norte América y la existencia de cientos de caravanas organizadas para hallar la ‘tierra prometida’. El resultado final que produjo un Estado en los EEUU, una religión como otras que el mismo José Smith rechazó en su momento, y la elaboración de una doctrina política de dudosa santidad… no parece condecir con mandatos divinos, ni indicaciones del Cristo que nos debe elevar hacia el Padre Creador. Basta leer a no pocas personas que insisten en que Cristo les falló, porque éste prometió alzar un nuevo templo en tres días después de la destrucción del Templo que efectivamente fue destrozado por los Romanos en el año 70 d.C; o bien asistimos al levantamiento de muchas catedrales para demostrar que los nuevos templos ya han sido alzado. Todo sigue siendo evaluado según visión del mundo.

 

Comprobamos, en otros frentes, a  profetas, maestros-as, reencarnaciones varias, mensajeros receptores, canales…etc. que aseguran que lo divino les encomienda y bendice en sus actos y tareas; pero en la vida cotidiana comprobamos ausencia de humildad, carencia de honestidad, exceso de ego e incentivo a la egolatría, odio a los que no creen en su misión, sectarismo y fanatismo…y hasta regocijo en los excesos…amén de sujetar a su antojo a serviles seguidores que renuncian a su propia conciencia crítica.

 

Hay en el mundo no una, sino muchas sectas y organizaciones, que siguen a un varón que se dice la Reencarnación de Jesús, o el Cristo mismo. Esta infernal invención crece y se fomenta con el riego de la ignorancia de quienes se someten a esta falacia. Es un grosero desconocimiento de aquello que Cristo mismo enseña a Los Suyos por medio de los Evangelios…los que podrán ser parciales al tratarse de una selección manejada por hombres que dejaron de lado a otros testimonios valiosos que también son Crísticos y por ende válidos…pero no por eso son falsos o tergiversados.

 

El deber de responsabilidad de todo Caminante que anda con su Fe en búsqueda del Encuentro con la divinidad del Cristo es la de reflexionar, Discernir y vivir las Enseñanzas de los Evangelios, no como acto final y único, sino cuan vía de nutrición que impregnará impulso para una elevación espiritual posterior. Desechar los Evangelios porque han sido abusados por las iglesias y usados por las jerarquías para sus oscuros fines y para encubrir sus vicios y pecados…es un acto de miopía. Justamente lo contrario debemos hacer: rescatar los Evangelios de las uñas mugrosas de la apostasía y elevar esa Palabra al Discernimiento Espiritual de cada uno para irrigar la propia Fe y fortalecer la voluntad de alcanzar el Encuentro con Cristo que nos conducirá al Padre. Eso debemos hacer.

 

Los Evangelios no son una meta, ni es un fin: son Un Medio Perfecto para iniciar la correcta senda a la elevación espiritual;  es la horma santa para la transformación; la meta de cada persona es- debe ser-  lograr la unidad consciente con el Cristo Vivo para llegar al Padre y poner por Obra el designio del Creador. Y en este andar espiritual es fundamental entender y aceptar el rol vital de La Sabiduría. La Madre Sabiduría es el Espíritu Santo, y es el Magisterio de Dios, y es el Poder de Dios que  solo por su Potestad puede ser sellado en una persona,  para encomendar  y activar el Nuevo Sacerdocio.

 

Un dios que se desmiente y contradice no es el Dios Vivo que conocemos y que se nos presenta en su Palabra y en el Discernimiento. Cuando alguien proclama que Cristo encarnará nuevamente, interpretando la Segunda Venida anunciada, evidencia una interpretación humana, mundana y de baja cultura cristiana. Incluso en la carencia de distinción entre el rol de Jesús, el hombre, y el Cristo… el Verbo… hay una intencionalidad útil y mañosa. Juan introduce su Testimonio con la revelación sobre la divinidad de Cristo: el Verbo, Hijo Dios del Padre Dios, Creador junto al Creador. Y si Cristo es el Dios de los Hombres y de los Ángeles, no por su sacrificio en Jesús, sino que desde siempre, entonces aún más importante es el Hecho de la Encarnación en Jesús. Y si Dios mismo encarna en Jesús, y es Dios quién habla cuando Jesús lo hace, entonces su Palabra y Enseñanza es Ley de Dios, y no doctrina que se pueda ignorar, interpretar o elegir a propia discreción.

 

Si alguien quisiera usar los Evangelios y la figura de Jesús, debe necesariamente desmontar la divinidad de Cristo en Jesús, y luego es menester acoger los Evangelios cuan palabra interpretativa que puede optarse o no. Entonces, hecha esta operación demoníaca, se puede levantar ante la desnudez de la gente una autoridad de varones representantes de Dios que explicarán a las ovejas aquello que Cristo quiso decir y enseñar en estos escritos. Al final, es la iglesia la madre y el magisterio…roles que posee solamente el Espíritu Santo. Y para mayor confusión, es decir: a río revuelto ganancia de oportunistas…agregaron, sobre todo los poderes del protestantismo, una ley inventada y conveniente que asume La Biblia cuan cuerpo único y única palabra de Dios. Ya un dios encerrado y enclaustrado en un solo libro es extraño y ajeno al Dios que es Espíritu, según declaración del Cristo en Jesús. Pero lo sorprendente es que esta unicidad bíblica es desmentida por el Cristo en Jesús, pues él declara que la Vieja Ley, la Palabra de los profetas antiguos, se cumplía con su Presencia…y Abrahán se alegraba por este día…y que él no vino a cambiar ni una coma de la antigua Ley sino a reconformarla con su presencia y sus actos. En pasajes reiterados critica a los sacerdotes fariseos y hace una declaración sorprendente: ‘Vuestro padre es Belcebú, porque nadie conoce al Padre sino Aquel que Vino del Padre, Su Hijo Amadísimo’ Y si el padre a quién seguían los antiguos sacerdotes de Israel era Belcebú, y nadie pudo antes saber ni conocer a un Padre que solamente desciende y es revelado por el Cristo: ¿acaso no hay en las antiguas escrituras hebreas influencias de ése padre, Belcebú, al cual ellos adoraban cuan dios? En las enseñanzas: antes se les dijo: ojo por ojo… Y ahora les digo: si eres golpeado en tu mejilla derecha, colocarás la otra a merced de quién te agrede…porque deberán perdonar setenta veces siete si es necesario…porque quién es de Los Míos no tendrá enemigos… y en el contenido profundo de la Enseñanza de la Montaña…el Cristo en Jesús establece la Nueva Ley que supera a la antigua.

 

No se puede seguir una ley antigua y una ley nueva. La antigua queda cuan testimonio de aquello que era y fuimos; la nueva es la acción y el camino para ser lo que debemos… y seremos. No se opone la ley nueva a la antigua ley, pero es imposible juntarlas cuan cuerpo único cuyos contenidos además son mezclados a según de la interpretación de cada ‘pastor’.

 

Cuando alguien que se dice ‘cristiano’ justifica la muerte, la violencia, la guerra, el oprobio y las tiranías… y bendice armas y ejércitos…debe recurrir a la figura de la antigua ley, la cual permite arrasar a enemigos y en sus pasajes hallan justificación para la guerra. Nunca hallarán una palabra en los Evangelios para tan aberrante comportamiento y acción: pero como inventaron que La Biblia es un solo cuerpo jurídico y de fe…entonces pueden recurrir a la vieja ley por encima de la Ley nueva… y de Cristo. Eso es la apostasía.

 

En el Camino de Fe que tiene a Cristo cuan referente sagrado y divino, obtendremos Sabiduría y Discernimiento;  y bajo la Madre Sabiduría podremos desglosar con Espíritu toda escritura antigua antes de los Hechos de Cristo, y todo lo escrito posterior al Cristo y los Hechos de los Tres Días.

 

La peor necedad humana es intentar entender lo divino bajo la sola inteligencia mental, intelectual, mundana y temporal que encierra al Hombre; lo de Dios y lo divino es siempre Atemporal, nunca es mundano, jamás puede ser revelado por intelecto o cultura temporal porque es Universal, Macro… y solamente un poder interior en el Hombre puede lograr la luz de la sabiduría: su Espíritu.

 

Esto es válido para todo aquello que proviene del Cielo (entiéndase…Macro Cosmos) Todo aterrizaje psicológico, filosófico, exclusivamente intelectual, social y mundano…adivinatorio y especulativo… de lo divino es una artimaña oscura sobre la cual se construyen principados ególatras y estructurales destinados a someter al Hombre a la ignorancia y  a la esclavitud.

 

Mal podríamos entonces los Hombres postular a un Encuentro con lo divino si antes no nos hemos purificado del gobierno del ego, de las expectativas mundanas, de los agregados psicológicos y de las confusiones culturales. Y eso explica porque una supuesta ‘encarnación’ o un profeta o maestría auto-declarada pueden lucir tanta contradicción y negación, siendo y demostrando lo contrario de toda humildad, santidad y coherencia espiritual. Pero sobre todo explica lo insólito del hecho que quién dice ser canal o encarnación divina desmiente al mismo santo, maestro o a Cristo mismo que dice representar o ser. Un dios que se desmiente no es Dios. Solamente los demonios mienten sobre la divinidad y se burlan de las enseñanzas de Sabiduría de los Santos y Sabios reales, y del Cristo en Jesús.

 

El Camino Espiritual Crístico parte de una premisa fundamental: el Hombre. Varón u mujer están ante Dios en forma igual y son ambos, indistintamente, Hijo e Hija de Dios.

 

El Hombre, varón y mujer por igual, posee Un Espíritu que es Dios morando en su Criatura.

 

El Espíritu en el Hombre es Dios: el alma es una sustancia espiritual menor, son los sentidos, la psiquis. La mente del Hombre no es independiente del alma y del Espíritu. El cuerpo del Hombre es un universo en lucha de poderes: alma, Espíritu, mente y Mundo litigan al Ser para gobernar sobre su Voluntad y Decisiones.

 

El Espíritu es el único Camino hacia Dios. El Espíritu debe esposar al alma; debe influenciar y emanar su sabiduría a la mente; debe fijar sus prioridades en el cuerpo del Hombre; debe permitir que el Hombre ‘esté’ en el mundo sin ‘ser’ del mundo.

 

El Espíritu al Gobierno del Hombre permite la acción del Magisterio del Espíritu Santo.

 

El Hombre gobernado por su Espíritu es un Ser Completo y Armoniosos, en Paz…y de esta Paz nos habla Cristo…no de esa otra que los cainitas entienden cuan tregua entre dos guerras. Y tal Hombre en Camino del Espíritu (Camino Espiritual) llegará al Cristo Vivo (Camino Espiritual Crístico). Este Camino superior, espiritual, también es llamado ‘Camino Medio’, porque es la vida superior que viene del Común y de lo terrenal, y desde este centro  Medio armonioso aspira al Padre, que es la Vida Consciente Eterna de la divinidad.

 

Este Plan de Salvación de Cristo – dirigido al Hombre-  es llevado a buen fin con los Hechos de los Tres Días, y no desde la cruz y la muerte de Jesús (la cruz y la muerte en sacrificio de Jesús es la culminación de los tiempos de Caín, y es Jesús quién paga por esta caída; pero el inicio de la Restauración, de la Gracia y de la Salvación inicia con la Victoria de Cristo en los Tres Días… en los cuales la muerte es rescatada de los poderes infernales;  y el Cielo es abierto para inmortalidad a según de la siembra y los frutos de cada Hombre;  y la mácula del pecado ‘original’ es borrada del nacimiento de los Hombres;  y el Padre es declarado por primera vez y se hace alcanzable por Cristo y solamente por Cristo) y es gracias a estos Tres Días,  en los cuales  el Templo Nuevo se levanta, que ahora todo Hombre puede llegar a Dios sin necesidad del tipo de sacerdocio antiguo;  ahora todo Hombre se hace Sacerdote de la Nueva Ley por su Consagración en el Bautismo de Fe. El Nuevo Templo es el Hombre en plena posesión de su Espíritu, y en Camino Espiritual hacia su Unidad con Cristo Dios, y con Cristo en fusión con la Voluntad del Creador que es Espíritu.

 

Toda siembra  del Hombre que recibe a Cristo debe ser coherente con la Ley Nueva de Salvación, de Paz y de Humildad que el mismo Cristo enseña. No puede haber poder mundano alguno en el discipulado de Cristo, porque el Reino de Dios no es de este Mundo. Y ‘Mundo’ en el lenguaje Crístico es el ‘sistema cainita’. Se ‘está’ en el Mundo, pero nadie que sea un discípulo del Cristo Vivo puede ‘ser’ parte del sistema cainita de la guerra, de la violencia, del arribismo, de la egolatría y de la idolatría, del dinero y de la dependencia material. Los Seres Crísticos no alzamos nuevas religiones que confundan al Hombre, ni menos litigamos por poderes eclesiásticos…no nos interesan…los denunciamos por su hipocresía y apostasía… pero no los odiamos, porque no tenemos enemigos, sino que nos hacemos de enemigos – sin voluntad nuestra- por nuestra coherencia y rectitud. Y siempre llevamos ante Cristo los litigios de otros para con nosotros, y oramos por ellos, y encomendamos justicia a los poderes del Reino de Dios,  y nunca caemos nosotros en pendencias que denigran nuestra Paz y Congruencia.

 

Cristo es Dios: vendrá al cierre de este Tiempo de Tribulación cuan Dios que Es, y ya nunca más en la carne ni como hombre. Solo en Jesús: por una vez para siempre.

 

Todo creyente puede asumir el Camino Espiritual Crístico; no puede ser una iglesia porque el camino debe ser recorrido personalmente y nadie lo transitará por otro. Y todo Caminante es un sacerdote desde su Sello de Compromiso con Cristo, el Bautismo. El Nuevo Sacerdocio es guía, orientación y maestría de sabiduría para que otros, muchos,  también recorran el Camino Espiritual Crístico, y sean a su vez sacerdotes de la Nueva Ley. Maestros y Maestras de sabiduría. Guías y orientadores. Apóstoles y Misioneros…nunca para cosas o causas del Mundo o para bienestar material mundano, sino para trascendencia personal de acuerdo a su Unión con Cristo y para poner por Obra el designio del Padre que reina en la Creación.

 

Una Dispensación real es una Intervención de Dios que se caracteriza siempre por dos factores: restaura o acelera una Ley vigente de Dios, cuyo contenido y esencia los Hombres han perdido, tergiversado o definitivamente cambiado; y se incrusta en tiempos cruciales de crisis, ante advenimientos de tiempos mayores y definitivos. Nunca una Dispensación ha descendido en los centros de poderes mundanos.

 

El Camino Espiritual Crístico no hace sino Restaurar la esencia de la Ley de Cristo que los Hombres han extraviado como producto de la apostasía. Repropone el modelo original del cristianismo místico, carismático y misionero. Vuelve el centro de la Fe al Hombre y su Compromiso con Dios. Restablece la directa Relación con Cristo mediante un proceso de purificación llamado ‘Consagración’.

 

El mayor escollo en este Camino Espiritual es y ha sido el  ego en el Hombre y la vieja y arraigada cultura religiosa que conduce a muchas personas a intentar ‘negociar’ con Dios los efectos que obtendrían en este Camino, siempre según planes y expectativas nacidas de la psiquis, del mundo, de la propia experiencia social y familiar…Pero el Espíritu trae una información mayor, Macro y siempre superior a todo margen y límite puramente humano y mundano. Esto es lo que Cristo entiende por Humildad: la aceptación de la verdad espiritual y la disposición a vencer al ego y al muerto que queda atrás, sepultado en el desconocimiento de Si Mismo.

 

Muchos han dicho que este camino es difícil y que es para unos pocos: no es cierto. El Camino no es difícil…lo hace complicado quién lo recorre. Toda resistencia a Dios enreda al Hombre. Y es para todos… Cualquiera que asuma su Fe en Coherencia y ponga su Creencia a prueba en su propia vida, y ya no en la falsedad de los cultos que esconden la propia lucha y eximen al Hombre de la propia Victoria.

 

Nosotros, que en nuestra imperfección, límites humanos y luchas inherentes a este Camino ejercemos sacerdocio, de acuerdo a la Ley Nueva del Cristo Vivo…hombres y mujeres, esposos, esposas, madres y padres, hijos e hijas…trabajadores…  nos ponemos al servicio del creyente que  opta por asumirse  en (a)  Si Mismo en su Fe y Coherencia; y nos ponemos al servicio del creyente,  que opta por Consagrarse,  por un deber contraído con Cristo bajo el sacerdocio  Ungido por su Poder y Autoridad.

 

La Dispensación de Paz, para Consagración del Creyente y para Unción del Sacerdocio de la Nueva Ley…que somos todos los  comprometidos en el Bautismo… ha descendido desde la Autoridad del Cristo Vivo para elevar a esta generación y conducirla al Nuevo Tiempo del Milenio de Paz.

 

 

Sacerdocio bajo la Ley de JesusCristo

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