Aquello que somos, y eso que no somos

Somos hombres y mujeres cuya causa de Fe es Cristo.

El Cristo en el cual hemos depositado nuestra Fe y forma de vida es el Dios que encarnó en Jesús, y que desde su calidad divina cambió el eje de la Ley de Vida de todos los Hombres.

Antes de Él nos hallábamos bajo la Antigua Ley de Vida en donde yacíamos esclavos del pecado de la Caída y Trasgresión de los primeros adanes depositados en esta Tierra, y que tuvo su punto de quiebre con el alevoso crimen de la estirpe de Caín en contra de la estirpe santa de Abel.

Con Cristo hemos sido redimidos -Por La Gracia y En La Gracia-  Y por ‘los Hechos de Salvación’ los Hombres hemos recuperado la vigencia del Espíritu de Dios Creador en nosotros, y fuimos liberados de la mácula del pecado cuan ley imborrable (ahora no nacemos en pecado, sino que nos hacemos al pecado en nuestro andar por este Mundo). Y en los ‘Hechos de los TRES DIAS’: el Cristo victorioso venció al poder infernal que poseía las llaves de la muerte, y cerró los abismos.

Es La RESURRECCIÓN la clave central de la Salvación de Cristo: una LEY de Vida que nos asegura que cada persona, crea o no, tendrá el resultado final de sus propias obras; y del cuerpo carnal obtendrán un tipo de ‘cuerpo espiritual’ acorde con los frutos de su propia siembra. Y, por ende: quienes nos consagramos a Cristo tendremos, como nos enseña Pablo, un paso gozoso por el paño de la muerte, sin sufrirla; y de nuestro cuerpo carnal obtendremos un nuevo Cuerpo Espiritual que morará en la Casa de Nuestro Dios.

Con el Espíritu en nosotros: somos los Hombres el Nuevo Templo que Cristo alzó en los Tres días de su Victoria.

Estas convicciones nos hacen vivir con la CERTEZA, no con esperanza, sino con la seguridad, cierta y firme, que nos promete Cristo: que, si lo seguimos y ponemos nuestra vida en consagrarnos a su mandato espiritual, seremos parte de Los Suyos, y Él será nuestro testigo ante el Dios Creador: el Padre… que ES ESPIRITU.

Por lo mismo es que tenemos VIDA ESPIRITUAL y no ‘vida religiosa e institucional’ al estilo del Mundo.

Nos congregamos en CUERPOS según sellos y niveles. Y trabajamos según un mandato expreso de Cristo: entregar la luz a los que buscan y creen (porque de nada vale tener la luz y guardarla debajo de la mesa sin que nadie la vea), y para eso nos organizamos y proponemos un Movimiento de Fe (amplio y abierto) Círculos Cristicos y un Camino de Consagración.

Tenemos una orgánica interna. Poseemos estatutos entregados al Ministerio de Justicia de la República de Chile. Poseemos personalidad Jurídica. Y existimos desde San Fernando (sur de Chile) hasta Arica y La Paz (Bolivia) y ahora estamos empezando la Misión Perú con un plan que hemos implementado recientemente y esperamos de frutos durante este año 2018.

No somos una iglesia en cuanto sentido, forma y contenido eclesiástico. Nuestro Sacerdocio lo componen todos los hombres y mujeres mayores de 18 años que optan por el Compromiso Bautismal; y los sellos sacerdotales van escalando gradualmente según tareas, sacramentos, y misión. Todo debidamente informado, y siempre por CONCIENCIA y por OPCION LIBRE de los miembros.

Somos Universales: en cuanto nos interesan otras formas históricas de relacionarse con Dios, y apreciamos la sabiduría de los pueblos antiguos y de los ancestros que nos han dejado enseñanzas que consideramos válidas y vigentes.

Somos Evangelistas: en cuanto asumimos Los Evangelios, en especial el testimonio de Juan, como nuestra base doctrinaria esencial, y expresión tangible de la Ley de Cristo que debe aplicarse con coherencia y con ESPIRITUALIDAD.

Somos Carismáticos: en cuanto nos unimos al Magisterio del Espíritu Santo con Fe y Devoción para recibir de su fuente sabia y sagrada las claridades sobre los misterios de Dios y no perdernos en falsos poderes, y ejercer los poderes santos que la Madre Sabiduría nos revela y sella en nuestra coherencia y Fe activa.

Tenemos nuestros Libros y leyes de Consagración: no para cualquier persona creyente, sino para quienes OPTAN EN LIBERTAD y POR CONCIENCIA transitar por este Camino de Espiritualidad y sacerdocio.

Esta obra – de 27 años ya – inició con un hombre: aquello que vivió el varón que inspiró este camino son hechos personales que nos constan y de los cuales en años de compañerismo hemos verificado en la coherencia y en los resultados. Pero jamás, nunca, hemos basado esta obra de consagración sobre la sola vivencia de un hombre, y nunca, jamás, hemos conformado y hecho parte de algo similar a una ‘secta’ que va detrás de una especie de gurú con ansiedades mesiánicas. Eso nunca ha sucedido en nuestra realidad.

Precisamente nuestro primer guía y formador ha sido renuente a ser seguido en reemplazo del seguimiento consciente que todos debemos a Cristo. Él mismo ha sido firme y a veces severo en contra de todo falso liderazgo que pretenda cambiar la esencia de este camino: sostener y profundizar la Relación Personal con el Cristo Vivo.

Aquello que nuestro fundador vivió, sobre todo los primeros años, entendemos fue su experiencia mística y espiritual que lo hizo ponerse a la cabeza de esta obra de consagración, y no sólo: sino que además ha aportado en forma sustancial a la Sabiduría que proviene de antiguas civilizaciones, como la China, mediante su maestría en el Libro I Ching. Y recibiendo nosotros los frutos de aquellas vivencias, experiencias y enseñanzas:  NUNCA hemos colocado por delante y por encima de nosotros, y de nuestra propia practica de Fe, esa realidad vivida por él… en desmedro de nuestra propia conciencia, nuestra propia Fe y nuestra propia experiencia (mediante nuestra propia disciplina en la oración, en la meditación, el Discernimientos y los retiros Espirituales).

Nadie, ni en esta obra de consagración, ni entre los cientos de alumnos y discípulos de Sabiduría, puede decir que este hombre, que nos ha compartido El Gran Fundamento de nuestra Fe, se haya puesto él mismo por sobre la Enseñanza que imparte. Nunca. Aún más, aplica con congruencia un principio que también nos lo enseña constantemente: entregar y enseñar sólo lo que uno ha experimentado, vivido y comprobado; entregar y enseñar para que otros vivan, experimenten y comprueben; y si quién recibe nada hace para sí y para su camino…no se le entregue nada más. Y si quién recibe es perseverante y disciplinado: es deber dedicarse a tan buen discípulo.

Si no hemos avanzado en nuestra Fe Cristica lo suficiente no es porque hay un hombre que nos impone límites, o sobre el cual nosotros hemos creado una morbosa dependencia. Nada de eso. Nuestros atrasos y resistencias son solamente nuestras, y corresponden a las luchas naturales que se suceden en el CAMINO ESPIRITUAL y su choque con lo del Mundo, la mundanidad, y los apegos que nos emboscan del pasado que muchas veces no queremos dejar morir.

Y en nuestra imperfección hemos sido testigos de la paciencia, la ayuda, la disponibilidad y la bondad de nuestro Sacerdote Mayor. Incluso, hemos sido testigos de altos niveles de sacrificio en años ya pasados en los cuales él soportó situaciones contrarias difíciles sin que por esto dejara de lado sus convicciones y su dedicación a los demás, a otros.

Fuimos testigos del amor por su hijo, y de las luchas que debió enfrentar para sostener la armonía y la paz en torno a su crianza . Y somos testigos hoy del dolor que lo envuelve ante la rebeldía del hijo en el cual había depositado tantas esperanzas. Pero él mismo nos enseña que, incluso en su dolorosa prueba, debemos asumir la LIBERTAD y la LIBRE OPCIÓN de toda persona, y debemos aceptar que hasta los más seguros de los nuestros pueden elegir caminos diferentes…y hasta contrarios.

Hay no pocas cartas que atestiguan todo cuanto nos ha enseñado, corregido, exhortado y ayudado. Las tenemos en nuestros archivos. No nos inventamos nada. Hemos sigo protagonistas de esta historia. Y aún en las diferencias, que sí las hemos tenido, con él: siempre hubo y hay una plataforma de RECTITUD y DECENCIA que nos lleva a nunca blasfemar, jamás caer en bajos instintos, y saber reconocer lo que se nos entrega, y asumirnos en nuestras renuncias y opciones. Repudiamos la mentira, el rumor y la tergiversación de los hechos: por considerarlo una indecencia que no dignifica al ser Humano en su inteligencia.

En nuestra Obra no hay fanatismo. Ni hay espacio para fanáticos y sectarios. Somos personas con la inteligencia suficiente como para definir nuestros limites y fronteras y nunca perder el imprescindible ‘sentido de realidad’.

Estamos abiertos a explicar nuestra doctrina y propuesta a toda persona que lo requiera, y reunirnos con familias- como lo hacemos- y con pastores y curas- como nuestro hermano lo ha hecho- para exponer lo nuestro sin un ápice de competitividad mundana, y menos con juicios y prejuicios. Y por lo mismo es que cuando nos atacan sin preguntarnos, sin pedir saber más de nosotros, incluso para explicar lo estricto de algunos planteamientos nuestros, (o enjuician a uno de nuestros sacerdotes), nosotros no respondemos en los mismos términos de litigio y confrontación. No es lo nuestro. Creemos en el dialogo con respeto entre personas inteligentes y decentes. Y esa será siempre nuestra base para la discusión, el debate o la exposición.

Amamos al Cristo Vivo, aún en nuestras limitantes humanas, lo amamos con Espíritu. Y si bien es cierto que no hemos sabido atesorar mucho de lo que abundantemente que se nos ha entregado, tenemos en nosotros la certeza de lo que hemos visto, comprendido, vivido y experimentado. Y hacia nuestro hermano mayor (porque eso es para nuestra hermandad en la Fe) no tenemos sino agradecimientos por todo su esmero para que también nosotros lleguemos a ver y vivir al Cristo del cual él nos da testimonio: un Cristo Dios que VIVE y que llama a todo creyente a Consagrarse y liberarse de la apostasía imperante. Un Cristo de Sabiduría que nos ha demostrado con mucho su Gracia y su Misericordia. Un Cristo Vivo en cuyo nombre muchos de nosotros hemos hecho ‘milagros’, y bajo el cual hacemos servicios y dedicamos tiempo nuestro para beneficio de muchos.

Somos Cristicos, y somos Consagrados y Consagradas a una Causa Espiritual: eso no debiera molestar a nadie porque no estamos luchando por quitar espacio a ninguna iglesia o forma de fe. Aun en la critica doctrinaria, siempre fundamentada, que puede aparecer o ser fuerte y estricta…tenemos la mejor disponibilidad al dialogo, la conversación y el encuentro.

Quedamos a Vuestra disposición.

En representación del Sacerdocio bajo la Ley de Cristo, firman los-las Sacerdotes y Diáconos:

Lorena Nesime Fuentes Fetis.

Ana Eugenia Chevarria Clavijo.

Mario Durán Salgado.

Belén Gómez Espinoza.

Susana Miranda Cortés.

Jaqueline Gallardo Verdugo.

Andrea Palacios Gómez.

Felipe Búrquez Gómez.

Angelica Aguirre Falcón.

Iván Rodríguez Garretón.

Mariela Soto Arce.

Mario Araya Cortés.

Carolina Pilquinao Salgado.

Nelly Alejandra Pilquinao Salgado.

Cecilia Garmendia Macías.

Camila Muñoz Muñoz.

Maythe Horta Escobar.

Margarita Muñoz Gonzales.

Pilar González Álvarez.

Verónica Fuentes Oyarce.

Olga Pérez Sepúlveda.

Carlos Alvarado Castillo.

Manuel Verdugo Navarro.

Rosa Murillo Calderón.

María Teresa Ríos Alcaya.

Cristina Orellana Diaz.

Carolina Lastra Miranda.

Paz Ojeda Pinto.

Gustavo González Castro.

Patricia Rosales Del Zas.

Jorge Lobos Luna.

 

Nuestro correo central es: fundamento64@gmail.com

Nuestra página oficial es: www.elgranfundamento.org

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