Cristo y el poder del mundo

– Una reflexión ante la crisis de Fe y la lucha de poderes en el Vaticano- 

Citas:

1) Jesús en el Desierto
“Después le subió el diablo a un monumento muy encumbrado y le mostró los reinos del mundo y la gloria de ellos. Y le dijo: todas estas cosas te las daré si, postrándote delante de mí, me adoras. Respondiéndole entonces Jesús: Apártate de ahí Satanás, porque está escrito: Adorarás a al Señor Dios tuyo, y a él sólo servirás”.                                       
2) Jesús ante Pilato
“Pilato volvió a entrar en el palacio, llamó a Jesús y le preguntó: – ¿Eres tú el Rey de los judíos?
Jesús le dijo: – ¿Eso lo preguntas tú de tu propia cuenta o porque otros te lo han dicho de mí?
Le contestó Pilato: – ¿Acaso yo soy judío? Los de tu nación y los jefes de los sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
Jesús le contestó: –Mi reino no es de este mundo. Si lo fuese, mis servidores habrían luchado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
 Le preguntó entonces Pilato: – ¿Así que tú eres rey?
Jesús le contestó: –Tú lo has dicho: soy rey. Yo nací y vine al mundo para decir lo que es la verdad. Y todos los que pertenecen a la verdad, me escuchan”. (Juan 18, 33-37) 
3) Jesús da de comer a la multitud
“Eran unos cinco mil hombres. Jesús tomó en sus manos los panes, y después de dar gracias a Dios los repartió entre los que estaban sentados. Hizo lo mismo con los peces, dándoles todo lo que querían. Cuando estuvieron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos:
–Recoged los trozos sobrantes, para que no se desperdicie nada.
Ellos los recogieron, y llenaron doce canastas con los trozos que habían sobrado de los cinco panes de cebada. La gente, al ver esta señal milagrosa hecha por Jesús, decía:
 –Verdaderamente este es el profeta que había de venir al mundo.
Pero como Jesús se dio cuenta de que querían llevárselo a la fuerza para hacerle rey, se retiró otra vez a lo alto del monte, para estar solo”. (Juan 6, 1-15) 
4) Dios y las riquezas
“Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero”. (Mateo 6)

 eccehomo

En estos cuatro pasajes vemos la sentencia de Cristo ante el poder de este mundo. Y La conclusión es simple: no hay alianza posible entre el Reino de Dios y el poder de este mundo.

Tener ante nosotros estas citas con las sentencias del Dios Vivo nos permite discernir los hechos de la realidad de este mundo que se desarrolla hoy día ante nuestros ojos, y también entender la historia del cristianismo. El cristianismo y los orígenes de la iglesia son un elemento importante que todo creyente debiera conocer. Y hoy vemos que ya es un saber de muchos el hecho de que el emperador romano Constantino, trescientos años después de la muerte de Jesús es quien hizo del paganismo, el cristianismo y el poder político una unidad bajo su ideal de un Dios, un Rey, una religión. Esta idea surgió en este rey pagano como una supuesta revelación recibida en el campo de batalla, cuando camino al combate ve una cruz en el cielo y una voz que le dice: «Con este signo vencerás». Lo cual le habría dado fuerzas para vencer y posterior a esto hacer esta reforma en su forma de gobernar. No nos detendremos en su supuesta inspiración divina, política, o en su perfil psicológico para entender esta fusión con el cristianismo, que al parecer de los hombres comunes pudo ser algo muy bueno que  liberó de la persecución a los cristianos, pero fue nada mas distorsionado a los ojos del espíritu.

Lo que queremos llevar a la reflexión es la  supuesta contradicción entre las sentencias de Cristo frente al poder del mundo que se ve en la unión vivida trescientos años después de su venida entre el cristianismo y el poder romano. Claramente hay una diferencia a considerar, y esto también nos deben llevar a cuestionar un argumento muy repetido pero cuestionable, si realmente Cristo pidió a Pedro que edificara alguna estructura de poder mundano como lo es la Iglesia y el estado Vaticano. Si así fuese sería una considerable contradicción.

Pero como sabemos que Dios no se contradice a si mismo esto nos lleva a hacer una clara división: El poder de este mundo en sus diversas formas: político, económico, nacionalista, religioso, etc…  Es contrario a la doctrina de Cristo. Y que el origen de los poderes en el mundo que tienen como base la Fe es efecto de las opciones que los HOMBRES han hecho con una herencia de origen divino. Y que de hecho fueron advertidas por Dios.

Los herederos y discípulos de Cristo, trescientos años después debieron tener clara estas advertencias al momento en que decidieron unirse al poder romano de Constantino, ese mismo poder que crucifico a su DIOS, REY Y MESIAS. Y que por esta blasfemia el sacerdocio de Cristo es retirado de este mundo, porque así como Dios puede conceder sacerdocio, dones y carismas, también los puede retirar si el hombre transgrede sus mandatos. Así sucedió, y la historia nos muestra que el poder mundano hizo de ese periodo oscuro, conocido como la edad media, un resurgir de lo más sanguinario de su naturaleza.

Pero a pesar de que una mayoría que se decía cristiana se uniera al mundo, hubo quienes siguieron leales a la esencia de Cristo, y fueron ellos los principales enemigos que la iglesia colgó y quemó por considerarlos paganos y brujos. Estos herederos leales podemos verlos encabezados por Juan el Revelador, a quien Cristo aparta para una tarea mayor. El mismo que se mantuvo leal a Cristo bajo la cruz a pesar de la persecución.

Estas sentencias de Cristo y la historia desarrollada hasta nuestros días nos debe llevar a contemplar esta crisis que se vive en la iglesia como un llamado a los creyentes a basar su fe realmente en una relación personal con Cristo, en base a una disciplina de oración, meditación y aprendizaje gradual de los evangelios. Atreverse a vivir bajo la guía de Cristo y el espíritu que nos habita, sin dependencias a otros hombres o lugares como centros de nuestra Fe. Recuperando así el espíritu original del discipulado de Cristo que él heredó a los suyos.  

Cristo nos muestra algo revelador y clarificador. Que esta crisis eclesiástica no es para que cambien sus sacerdotes, el papado o su funcionamiento, eso NO cambiará. Esta tribulación es para que el CREYENTE tenga ante sí la VERDAD de su iglesia, y opte por reafirmar su fe o salir de esa mayordomía.

Nosotros, sin afán de juicio o contención, pero con mucha honestidad no creemos que la iglesia vaya a cambiar, porque su origen y parte de su gobierno se basa en el poder como estado e influencia sobre el poder en otras naciones. Muy lejos de los principios fundamentales de Cristo nos enseña y que son vitales para que CRISTO EN PERSONA gobierne sobre sus leales discípulos.

Pero si de algo estamos seguros, es que de esta crisis de la iglesia y la religión no van a haber mejoras en su curia, o va a cambiar el mundo, o ser una iglesia nueva. NO. Sucede que al mostrar públicamente todas sus trizaduras y fracturas se provocará una división profunda, y  dejará a una gran masa de frente de una OPCIÓN. Seguir a Dios o seguir al mundo.  

Aquellos que buscamos vivir la esencia de Cristo debemos aprender que somos nosotros quienes debemos discernir y resguardar estos principios vitales, para no caer en las trampas del mundo que siempre estarán por los costados del camino del santo. Como una tentación del príncipe de este mundo para que no se cumpla la Voluntad de Cristo escrita en nuestros espíritus.

 

 – Congregación Evangelista Carismática – 

 

 

 

 

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